¿Qué es el Riesgo Biológico?
Su transmisión puede ser por vía respiratoria, digestiva, sanguínea, piel o mucosas
¿A quién afecta?
Constituye uno de los principales riesgos laborales a que están expuestos los trabajadores de Centros Sanitarios, afectando a todas las categorías. Están especialmente expuestos a la transmisión por vía sanguínea por los profesionales de enfermería, médicos y el personal de limpieza y lavandería.¿Cómo prevenirlo?
Las medidas de prevención irán encaminadas a impedir la transmisión del agente biológico, siendo fundamental seguir las "precauciones estándar" siguientes:vacunación
- Obligatoria frente a Hepatitis B para el personal que tenga contacto directo o indirecto con la sangre u otros fluidos de los pacientes (médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería, personal de limpieza).
- Otras vacunas recomendadas en el medio laboral: Gripe, Tétanos, Varicela, Rubéola, Triple vírica (Sarampión, Rubeola, Parotiditis).
Normas de Higiene Personal:
- Cubrir heridas y lesiones de las manos con apósito impermeable.
- Lavado de manos.
- No comer, beber ni fumar en el área de trabajo.
- No debe realizarse pipeteo con la boca.
Utilizar equipos de protección - barrera apropiados a cada tipo de exposición.
- Guantes, de uso obligatorio cuando el trabajador sanitario presente heridas o lesiones cutáneas, si maneja sangre, fluidos corporales o instrumentos contaminados con sangre.
- Mascarillas, en la atención a pacientes con enfermedades de transmisión por vía aérea (TBC), por gotas (Meningitis) o riesgo de aerosoles.
- Protección ocular, en procedimientos con riesgo de salpicaduras.
- Bata
Cuidado con los objetos cortantes y punzantes
- No encapsular agujas ni objetos cortantes o punzantes.
- Depositarlos en los contenedores adecuados, que deberán estar siempre en el lugar de trabajo, evitando su llenado excesivo.
- El personal sanitario que utilice estos objetos cortantes y punzantes se responsabilizará personalmente de su correcta eliminación
Desinfección y Esterilización correcta de instrumentales y superficies.
Actuacióm ante un "accidente biológico"
Con riesgo de transmisión de microorganismos vehiculizados por la sangre.El 90% de las exposiciones accidentales son inoculaciones percutáneas, de las cuales el 87% son pinchazos.
El principio básico es que la sangre y otros fluidos corporales deben considerarse potencialmente infecciosos.
Ante una exposicón casual con sangre y/o fluidos corporales se procederá del siguiente modo:
Lavado con agua y jabón, dejando sangrar la herida, aplicar un desinfectante (Povidona yodada) y tapar con un apósito impermeable. Si la exposición es mucosa, lavado prolongado con agua corriente o suero fisiológico.
Notificación inmediata del accidente, poniéndose en contacto con el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales o con el Servicio de Urgencias del Hospital San Pedro, para la aplicación del correspondiente protocolo de actuación, que incluye necesariamente:
- Identificación de la fuente, siempre que sea posible, para proceder a su estudio serológico, previo consentimiento informado del paciente.
- Estudio serológico del trabajador accidentado, previa valoración de su estado vacunal.
Edad
Resulta evidente que las personas muy jóvenes carecen de la madurez necesaria para lograr una gestación sin riesgos. Por otra parte, los veteranos, en ocasiones, se confían demasiado de los buenos resultados anteriores y se olvidan de que las condiciones físicas cambian y no precisamente para mejorar.
Enfermedades genéticas
Los trastornos genéticos en la mujer añosa constituyen un serio problema para la calidad de vida de la descendencia y merecen especial atención. Es necesario recordar que los cromosomas son estructuras que se encuentran en el interior de las células, y que contienen la información genética de todos nuestros tejidos y funciones, de nuestras enfermedades crónicas o de la predisposición a padecerlas.Las anomalías cromosómicas son causa frecuente de aborto espontáneo. De esta manera, la naturaleza evita el nacimiento de un niño enfermo, con serias deficiencias orgánicas o funcionales.
El más conocido (y frecuente) entre las alteraciones cromosómicas es el síndrome de Down, enfermedad caracterizada por deficiente desarrollo intelectual y facies característica (mongoloide); en esta afección hay un cromosoma de más (trisomía), en el par 23, lo que determina la presencia de 47 cromosomas (la célula humana normal contiene 46, agrupados en 23 pares).
Como resultado de estudios se ha encontrado que 1 de cada 910 mujeres de 30 años corre el riesgo de tener un hijo afectado por esta enfermedad, 1 de cada 106 mujeres de 40 años tiene que asumir este riesgo, y a los 45 años se llega a 1 de 30. Además existen la trisomía 13 (síndrome de Palau), la trisomía 18 (síndrome de Edward) y otras más raras. También hay enfermedades por anomalías estructurales de los cromosomas o por pérdida de un cromosoma (síndrome de Turner). Lo importante es señalar que la incidencia de todas las alteraciones cromosómicas, a partir de los 35 años, es superior a 1 de cada 196 mujeres.
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